Características y usos del Dióxido de Cloro

El Dióxido de Cloro tambien llamado CDS y sus diversas aplicaciones suelen ser un tema de debate. Mientras que algunos cuestionan sus beneficios o cómo debería ser empleado de una manera segura, otros afirman a ciencia cierta que es uno de los compuestos químicos más prolíficos que podemos encontrar. Este artículo cumple con la misión de arrojar un poco de luz sobre todo lo que sabemos del Dióxido de Cloro, cuáles son sus propiedades y sus usos más comunes.

¿Qué es el Dióxido de Cloro?

El Dióxido de Cloro (ClO2) es un compuesto químico formado por un átomo de Cloro (Cl) y dos átomos de oxígeno (O) que establecen su fórmula química. De estar a una temperatura ambiente y estabilizado, el Dióxido de Cloro se encontrará en estado gaseoso de color amarillo con tonalidades rojizas.

¿Cuáles son las características del Dióxido de Cloro?

Hay ciertas propiedades del Dióxido de Cloro que marcan la diferencia entre éste y otros compuestos químicos que puedan desarrollar una función parecida. Además, dichas características lo hacen más propicio para los usos que se enumeran a posteriori. Así pues, el Dióxido de Cloro se distingue por su:

• Solubilidad: Capacidad de disolverse en el agua que aumenta con temperaturas más bajas.
• Fotosensibilidad: De estar expuesto a la luz ultravioleta, el Dióxido de Cloro se verá afectado y perderá sus cualidades y su eficacia.
• Densidad: Tiene una mayor densidad que el agua y el aire. Densidad en estado líquido a 0°C: 1.642 g/mL.
• Licuefacción: Se tornará líquido con temperaturas menores a 11ºC.
• Inestabilidad: Al ser sometido a altas presiones podrá llegar a ser explosivo.
• Volatilidad: Mientras que se puede estabilizar en el agua, sigue manteniéndose en su forma gaseosa. Este factor permite utilizar el Dióxido de Color en fórmulas antimicrobianas.
• Sintético: No es posible hallarlo en la naturaleza.

¿Cuáles son los principales usos del Dióxido de Cloro?

A consecuencia de las características previamente enumeradas, el Dióxido de Cloro es utilizado en una gran cantidad de procesos y prácticas en las que actúa contra patogenos. Algunas de ellas son:

• Potabilización del agua: El Dióxido de Cloro es comúnmente empleado para eliminar bacterias, hongos, parásitos y virus que puedan ser encontrados en el agua para que no afecten ni a la salud de los humanos ni a la de los animales. De hecho, el Clorito Sódico al 25% combinado con su pertinente activador suele ser empleado en ámbitos domésticos para el tratamiento del agua del hogar. Este modo de empleo es el que causa más controversia puesto que algunos afirman que tiene repercusiones sobre la salud tanto en los animales como en los humanos. Lo cierto es que el Dióxido de Cloro no es más nocivo que, por ejemplo, el alcohol isopropílico. Para evitar riesgos, se deben cumplir todas las precauciones que este elemento químico indica.
• Esterilización de material médico: El hecho de que esté en un estado gaseoso agiliza la posible desinfección tanto de productos como áreas médicas y así dejarlas esterilizadas y que no supongan ningún riesgo añadido durante cualquier tipo de intervención.
• Fabricación de productos: Diversos productos de higiene bucal contienen Dióxido de Cloro tales como dentífricos o enjuagues, aprovechando sus propiedades antimicrobianas para contrarrestar infecciones orales o la halitosis. Además, el Dióxido de Cloro también es utilizado para la creación de ambientadores del hogar.
• Repelente de insectos: Todos los repelentes que incluyen Dióxido de Cloro tiene una toxicidad prácticamente nula y son efectivos durante ocho horas. Pueden ser aplicados sobre la piel sin causar reacciones adversas.

Cabe apuntar, como último detalle, que estos no son solo los únicos usos que se le puede dar al Dióxido de Cloro. También encontramos su incorporación en: tanques de almacenamiento de aceite y gas, procesos de blanqueamiento de papel, descontaminación de edificios públicos o incluso en la limpieza de circuitos electrónicos.